Después
de diez años de su estreno, volví a ver Quien
lo probó lo sabe, un absoluto prodigio teatral inspirado en la vida y la
obra de Lope de Vega. Se trata del unipersonal escrito y dirigido por Mariano
Moro e interpretado por Mariano Mazzei, dos artistas cuyo talento y exquisitez
roza lo anormal, atributo éste que se aplicó, hace más de cuatro siglos, al autor
de una obra poética, dramática y narrativa de calidad y extensión descomunales.
La dicha
que se experimenta viendo a este actor fenomenal resucitando en cuerpo y alma
al Fénix de los Ingenios durante ochenta deliciosos minutos es una experiencia
de la que nadie debería privarse. Porque cualquiera (no importa su
frecuentación o no de textos clásicos) merece la oportunidad de tomarle el
pulso y auscultar la respiración y los signos vitales de la cultura, la vida
cotidiana, los valores, los prejuicios, las grandezas, las miserias y el
florecimiento de las artes y las letras en el llamado Siglo de Oro Español. Todo
eso y mucho más ofrece esta obra que articula magistralmente versos del mismo
Lope con impecables enlaces dramatúrgicos de Mariano Moro, donde a la vez se
sintetiza y estalla en multiplicidad de sentidos la riquísima y polémica vida
del personaje, sus múltiples aventuras amorosas, las rivalidades y celos con
sus no menos gigantes contemporáneos Cervantes, Góngora o Quevedo y la
exuberante cantidad de comedias que escribió y que fundaron el teatro moderno
tanto como el Quijote lo hizo con la
novela.
Este
trabajo multipremiado y a la vez modesto materialmente, con pocos y necesarios
elementos de utilería, exacto en la pertinencia de las luces, en los distintos
grados de penumbra y en la procedente musicalización, desborda teatralidad en
la entrega expresiva del actor. Es que Mariano Mazzei es, definitivamente, un
dotado. Pero su cuerpo, su gestualidad, su voz, su dominio del verso español
del siglo XVII y su entrega física y emocional a la criatura que interpreta son
dotes y a la vez dones, regalos que ofrece generosamente a los espectadores.
Por
eso insisto, no se pierdan esta ocasión única. La obra se repuso en el marco del
Festival de Poesía que programa el Centro Cultural de la Cooperación. Pero aunque merecería integrar el repertorio
de un todavía inexistente Patrimonio
Teatral del país, se dice que pronto bajará definitivamente. El que avisa no
traiciona. "Esto es amor, quien lo probó..."
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